Por Errette Dunn
Hace unas semanas me encontraba caminando por las oficinas de una aceleradora de negocios del Sillcon Valley, y me encontré con una hoja de papel que tenía la frase más “geek” que nos podamos imaginar para defender la mejora continua. Decía:
Lo que significa es que si empezamos con un valor de 1, y lo mejoramos en 1% cada día por un año completo, al final obtenemos 37.8; mientras que si ese mismo 1 lo degradamos 1% cada uno de esos días, terminarás con 0.03.
¡Es una diferencia enorme! Es una revelación de los beneficios radicales del Kaizen, esa filosofía de mejorar ininterrumpidamente que floreció en Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Todos somos conscientes que la mejora diaria es algo bueno, pero no así de bueno.
Para aquellos que prefieren las gráficas a las fórmulas, les he preparado la de nuestra ecuación:
Esa curva exponencial del 1% luce impresionante, y puedo imaginar lo que están pensando:
“Esa gráfica está hecha a mano, seguro tiene truco para que luzca con más pendiente de la que tiene en realidad”. Entiendo su escepticismo, nuestras mentes no están hechas para entender bien el crecimiento exponencial.
Si les hace sentir mejor, aquí está la misma gráfica hecha en Excel.
¿Mejor?
Ahora, solo por ahorrar un poco de espacio y mejorar la credibilidad, voy a comprimir un poco la gráfica:
Esa una pena como se menosprecia la mejora continua. Las empresas prefieren esperar por esa idea que resuelve todo y que será un “home-run” seguro, logrando una mejora disruptiva con un crecimiento equivalente a 10 veces el valor original. Su argumento es: “Para qué comprometernos con una mejora del 1% diario si podemos lograr 1000% con una gran innovación?”
Lo que muy pocas empresas descubren (principalmente porque pocas logran esas innovaciones disruptivas) es que esa mejora de 10x no es lo que aparentaba.
Imagina que tu súper empresa logra un resultado radical en tan solo tres meses gracias a que se enfocaron muy bien para lograrlo. ¿Cómo se vería esa mejora? Resulta que no mucho:
¿La viste?
Mientras que las mejoras disruptivas suenan prometedoras, palidecen contra los resultados de las ganancias diarias.
Pero vamos a darla una oportunidad a la mejora disruptiva. ¿Y si pudiéramos lograr esa mejora de 1000% dos veces por año?
Resultó que al final no fue tanto, ¿verdad? Ese deterioro de 1% es como una aspiradora. Ahora imaginemos que la empresa puede alcanzar lo inalcanzable: una mejora disruptiva de 10x cada trimestre. Ahora la gráfica se ve así:
Algún “geek” dirá que en el día 365+1 viene otra mejora disruptiva; pero un geek más realista argumentaría que esta fórmula matemática no representa de ningún modo los esfuerzos de una organización real.
¡Exacto! Es fantasioso pensar que la innovación disruptiva y constante brotará en una empresa que descuida las mejoras diarias y sus buenos hábitos, como la curiosidad, la solución de problemas, la persistencia, retar al estatus-quo, tendencia hacia la acción, la velocidad, agilidad, el entusiasmo y el compromiso.
Kaizen prepara la tierra para que las semillas de la innovación radical puedan florecer. Estas dos visiones no se contraponen, de hecho se potencian entre ellas.
Los resultados exponenciales no son meramente una posibilidad hipotética, son una realidad en las organizaciones que hacen de las mejoras incrementales un hábito diario.
Kaizen es la razón por la que hoy Toyota vale más que GM, Ford y Honda combinadas, y tiene suficiente liquidez como para comprar a sus dos más grandes competidores de Detroit.
Fue gracias a esas mejoras del 1% que el equipo de ciclismo británico pasó de tener una sola medalla de oro en 76 años, a acumular todas las medallas en las últimas tres olimpiadas. Según el entrenador del equipo, Sir Dave Brailsford, el mantra es: “Olvida la perfección; enfócate en la progresión y mejoras compuestas“.
Tanto en la lógica como en la realidad, cuando se promueve la innovación como línea de frente a través de la mejora continua y proyectos disruptivos, tu empresa será imparable.
Ahora te toca preguntarte (y a tu equipo también):
¿Qué vas a mejorar en 1% hoy?
Errette Dunn Co-Fundador y CEO en Rever. Lo puedes encontrar en LinkedIn o seguirle en Twitter.
