El mundo es impredecible, pero unas cosas son más impredecibles que otras. Una de las claves para la mejora de procesos es la comprensión y contención de la variabilidad.
Un poco de contexto
Cuando viví en Japón, lo primero que me sorprendió fue la eficiencia del sistema de transporte. Es verdaderamente impresionante como los sistemas de transporte están pensados para no fallar.
Primero que nada, hablemos sobre cómo se mueve la gente.
Principalmente, las personas allá se mueven en transporte colectivo: tren, metro, camión, tranvía (dependiendo de la ciudad, claro). En segundo lugar, usan algún medio de transporte individual, como puede ser automóvil o bicicleta (Japón es muy bicicletero).
Debido a que la mayoría de la gente usa el transporte colectivo, la mayor parte de la inversión va hacia el transporte colectivo. Por ejemplo, vean la foto de la estación de Kyoto.

Tomé esta foto en la planta baja de la estación (creo, era difícil ubicarse). Era prácticamente un palacio. Estas estaciones se extienden por diferentes niveles subterráneos, y hacia arriba. Se conectan por debajo de las calles y se extienden por kilómetros a la redonda. En Japón, las estaciones suelen ser el corazón de la ciudad. Ahí se encuentra la zona más vibrante de comercio, tecnología, comunicación… por ahí pasa toda la gente.
Es impresionante que, a pesar de que mueven a millones de personas diariamente y que conectan a cientos de líneas de metro, tren, camión, tranvía, monoriel… el transporte colectivo casi no falla. En Japón, el transporte te promete una hora y la cumple. La variabilidad es prácticamente nula. 0. Nada.
Ya que el problema de planear tiempos para traslados está prácticamente solucionado la gente puede hacer más cosas. Pueden ser más productivos. Es frecuente ver a las personas leyendo, escribiendo en sus agendas (curiosamente todos tienen agendas de papel), echando una pestañita (esto es muuuy común). Y una vez que llegan a su destino, o estación donde cambian de tren, usualmente no esperan mucho para la siguiente salida. Caminan unos cuantos metros, entran al siguiente vagón con calma y se encaminan a su destino.
Ya que la variabilidad se encuentra tan controlada, es mucho más sencillo controlar o mejorar procesos.
¿Cómo es la variabilidad aquí en México?
Hoy voy a ir a dar un entrenamiento a una planta. Tengo mi automóvil, y el tiempo de traslado desde mi oficina es de 30 minutos. Aún así voy a planear llegar a tiempo con un margen de mas/menos 30 minutos. En otras palabras: ¡Estoy planeando con una variabilidad del 100%!
Cuando usamos el auto somos muy susceptibles a las variabilidad del entorno. ¡No se diga cuando usamos el transporte público! Incluso en el metro de CDMX (que es un espacio confinado, sin ningún vagón que se meta, cruce y choque por las vías), es común que los trenes se paren en la oscuridad de los túneles por periodos muy variables (Me ha tocado estar así entre 5 y 10 minutos)
La variabilidad en nuestro rancho y en nuestra vida, es mucho mayor. Limita nuestra productividad, porque tenemos que planear para no fallar tanto.
Lean Manufacturing agrupa en 3 clasificaciones a las cosas que limitan la productividad de las empresas. Todo en lo que se enfoca Lean es en buscar formas de eliminar sus efectos en los procesos de las empresas. La variabilidad para nuestros amigos Japoneses, se conoce como Mura.
Has pensado en tu empresa, ¿cómo afecta la variabilidad a tus procesos?
Puede presentarse de muchas maneras. Variación en el tamaño de las piezas, en la duración de la fabricación de las piezas, los procesos administrativos, el orden de fabricación… La variabilidad no se puede eliminar en un 100%. Pero si se puede controlar hasta llegar a niveles en que sus efectos son imperceptibles.
Controlar la variabilidad es hacer Lean Manufacturing.
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